La práctica fundamental de nuestras comunidades de caminantes metropolitanos, lo que les confiere su originalidad y su coherencia, es su habilidad para proponer itinerarios.
¿Cómo dibujar un itinerario? ¿Con qué herramientas? ¿Por dónde empezar? ¿En un mapa o en el terreno? ¿Qué emo- ciones debe transmitir un itinerario? ¿Cuáles son sus prin- cipios de composición? ¿Es el arte del itinerario un arte del espacio o del tiempo?
En esta lección, el itinerario se concibe como parte de las bellas artes.
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¿Habéis llevado ya a otros caminantes con vosotros mientras caminábais, delineábais, identificábais? ¿Habéis encontrado a los habitantes? ¿Habéis contado todo de vuestras marchas a vuestra familia y vuestros amigos? Enhorabuena: ya no estáis solos para llevar a cabo vuestro proyecto.

¿Cómo procurar que viva el sendero? ¿Cómo crear las condiciones necesarias para compartir un sendero? ¿Cómo compartir las sesiones de identificación? ¿Cómo fidelizar a los públicos? ¿Cómo mantener la conversación?
Esta lección propone claves para que emerja una “comunidad local de aprendizaje”: un grupo de co-caminantes en el cual se elabora una cultura compartida del territorio.

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Una metrópolis supone la existencia de relaciones, las cuales se anudan en el seno de historias. Todas estas historias forman el material rebosante que compone la ciudad.
Sin embargo, la mayoría de los relatos que poseemos a escala de la metrópolis (turísticos, políticos, mediáticos) son parciales además de truncados.
¿Cómo puede contarse algo tan vasto como una metrópolis? ¿Cómo se articulan el itinerario y el relato? ¿Cómo recolectar historias caminando y cómo ensamblarlas? ¿De qué tipo de relatos hablamos? Grandes historias olvidadas, relatos populares, palabras de infraestructuras, envés de mapas, historias ordinarias…
Descubrir, ensamblar, producir relatos: tenemos aquí el corazón de nuestra Academia. Tanto porque estos relatos documentan la realidad como porque constituyen técnicas de aprendizaje y abren vías para reinventar nuestros modos de vivir en la tierra.

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Entre la multitud de caminantes, algunos se descubren un gusto, una capacidad para guiar a los demás, sobre todo gracias a sus competencias cartográficas (crear un itinerario, conseguir situarse en el mapa) o su capacidad para relatar (sea por su elocuencia o su habilidad para orquestar una polifonía entre los co-caminantes).

¿Cómo llevar a la gente al encuentro de una metrópolis? ¿Cómo preparar su paseo? ¿Cómo equilibrar su tiempo de palabra? ¿Cuáles son los secretos de una experiencia compartida lograda?

Se espera del guía que sea capaz de tranquilizar a sus caminantes (en la calidad del guiado y el respeto de los horarios) y, también, que sepa cautivar la atención de sus compañeros, en la manera interesante, divertida o atenta que tiene de restituir la vivacidad de las formas atravesadas.

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Un sendero metropolitano tiene como vocación 1) ser dibujado, 2) recorrido, 3) contado, 4) compartido y 5) oficializado. A lo largo de las lecciones anteriores, hemos tocado con la punta del dedo asuntos relativos a la creación. Vámonos más lejos ya.
¿Cómo reunir el conjunto de las cuatro etapas anteriores (itinerario, comunidad, relato y guiaje) de manera integrada y coherente, asociando al mismo tiempo un número suficiente de socios? ¿Cómo negociar un itinerario oficial? ¿Cómo construir una comunidad de socios en torno al sendero? ¿Cómo dar forma a las historias que han emergido? ¿Cómo construir un programa de marchas regular? ¿Cuánto tiempo todos estos preparativos requieren? ¿Cómo definir un presupuesto?
Las competencias que necesitaréis reunir son: cartográficas, sociales (es decir interactuando con socios), editoriales, implican el saber conducir proyectos y también el pilotaje administrativo y financiero…
Esta lección está pensada para individuos, colectivos o instituciones que ya tienen competencias en creación (en los ámbitos de la cultura o de la planificación) o que deseen adquirirlas.

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